Hacer mis libros de fotos
personales es siempre una asignatura pendiente o atrasada, que no falta
en mi lista de “por hacer” mes a mes desde que termina un año…
Y eso que la tentación es difícil de contener después de
hacer “librologie” en la escuela de Jackie Rueda.
Cuando Saal digital me mandó el bono (40€ de descuento nada menos) estuve tentada por otro tipo de
foto libro, pero pensé, ya que era la primera vez que trabajaba con ellos, que
sería la ocasión perfecta para materializar mis recuerdos del 2015.
Para mí un foto libro es un tesoro.
Como historiadora, mi
afán de documentar prima a la hora de hacer un reportaje; pero el paso al papel
me sigue costando. Bien por falta de tiempo para seleccionar, o bien por el
dinero, que, siendo sinceros, cuando te pones, te acercas a las 100 páginas y
el precio es considerable.
Me decidí por un 48X 48, de pastas duras, no acolchadas y
acabado brillo de las páginas.
El trabajo más entretenido es sin duda el de seleccionar y
ordenar (madre mía, ¿cuantas fotos se pueden hacer en un año?)
Las organicé por colores y temáticas en la medida de lo
posible.
Una vez en el editor, alterné fondos de fotos propias con
algunos de los que trae el programa; y decidí no poner demasiado texto y
utilizar solo una tipografía (warenhaus Typenhebel).
Para otras ocasiones me gustaría más homogeneidad en los fondos, pero al ser mi primer encargo
con saal digital quería ver como quedaban los fondos diversos, y la calidad de
las fotos establecidas como fondo.
La idea era construir los recuerdos a través de las personas
con las que compartimos el año, pero al final del libro hice una pequeña
recopilación de fotos en blanco y negro y color con algunas de preferidas del
año, que también cuentan mucho de mí. En total me salieron 76 páginas.
El software que se utiliza para el montaje es muy sencillo e
intuitivo, pero limitado para mi gusto a la hora de diseñar. Me gustaría que fuera fácil la importación
desde photoshop, por ejemplo, y daría mucho mas juego.
Cuando se importan las fotos a la página te reduce el
tamaño, y aunque te avisa de la calidad (esto me parece increíblemente práctico)
ya sabemos que las fotos nunca deben ampliarse en estos casos.
En el mismo programa puedes hacer el encargo y la impresión
es increíblemente rápida (al día siguiente me avisaron de que salía de camino a
casa). La mensajería tardó casi 10 días en entregármelo, pero aún así, el
servicio fue bastante bueno.
Desde luego el resultado del libro me ha encantado. Me gusta
el papel y la textura, y lo que más me ha sorprendido es que han respetado absolutamente los
colores.
Confieso que la falta de fidelidad en colores es lo que más
me asusta cuando trabajo con una imprenta nueva. Por esa parte, absolutamente
recomendable.
Así que os animo a que lo probéis, yo desde luego repito.
Y este año no me pilla el Toro, porque
con mi evolución en el flujo de trabajo ya tengo mi selección mes a mes ; ),
pero eso ya lo cuento en otra ocasión.
¿Alguien por ahí que comparta sus experiencias con los foto
libros? Contadme
Besos
0 comentarios
¿Qué estás pensando?